Sobre Salamanca

La historia de la ciudad de Salamanca comienza en 1218, cuando Alfonso IX de León funda su universidad, la más antigua del mundo hispánico y una de las cuatro de la cultura occidental. Desde entonces, Salamanca no ha dejado de acrecentar su patrimonio artístico e intelectual. Erudita y monumental, Salamanca atesora grandes dosis de historia y de riqueza arquitectónica, gozando de un reconocido valor académico y universitario.

Salamanca tiene suficiente personalidad y se encuentra lo suficientemente alejada de una gran ciudad para no sufrir los vicios de una ciudad dormitorio y que lo cotidiano para sus habitantes se convierta en extraordinario para los visitantes.

Salamanca cuenta con dos catedrales. La Vieja y la Nueva, poseen una interesante lista de curiosidades como que la Catedral Nueva sufrió graves daños durante el terremoto de Lisboa. Todavía pueden verse importantes heridas en el interior del templo. Ieronimus es una exposición permanente que permite al visitante disfrutar del privilegio reservado a unos pocos anteriormente de recorrer las entrañas de ambas.

Solo una ciudad con tanto patrimonio dejaría un papel secundario al convento de San Esteban. Su tamaño y la ornamentación de su fachada plateresca, la escalera de Soto de Gil de Hontañón y su retablo obra de José de Churriguera. Cuenta con un claustro dedicado a Colón, donde el descubridor pasó largos ratos charlando con el fraile, cuya mediación fue decisiva para conseguir el apoyo de los Reyes Católicos para el gran viaje.

Muchos visitantes de la Universidad de Salamanca se detienen ante su fachada, se hacen la foto de rigor con la rana y se dan media vuelta. Sin disfrutar del entorno y el interior del edificio y de su historia. En las paredes pueden verse los vítores, hechos con sangre, aceite y almagre. Un gran esfuerzo para los homenajeados. En el patio de las Escuelas Menores se encuentra una pintura de la octava esfera, conocida como El cielo de Salamanca, que data de finales del siglo XV. La Universidad Pontificia, con su abrumador claustro, una escalera que supera a la de San Esteban y el Aula Magna. También está el Colegio de Anaya.

El atardecer en Salamanca se contempla desde el puente romano, que da acceso a la ciudad por el río Tormes. Se desconoce con precisión cuándo se construyó, pero se cree que fue ordenada por el emperador Augusto en el año 27 a. C., por lo que es un monumento bimilenario. La huella romana de la ciudad se puede apreciar incluso en nuestro salón de desayunos, lo que permite comprender la magnitud de la riqueza de esta ciudad.

Sabemos que disfrutará de Salamanca y esperamos formar parte de una experiencia inolvidable.

Más información: Turismo de Salamanca

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